LAS VIDAS MUY ACOMODADAS NO NOS SIENTAN BIEN

  1. VIDAS ESTABLES

    ¿Es posible que las vidas acomodadas no nos sienten bien?, nos parece algo contraintuitivo, puesto que tener vidas cómodas es una aspiración razonable de los humanos.

  2. Todas queremos estar bien. Queremos tener vidas en las que sintamos plenitud, que reúnan experiencias que nos llenen de placer y alegría, y que cuando sucedan cosas imprevistas que nos reten, podamos disponer de una respuesta adecuada, para resolver la situación y  recuperar la calma lo antes posible.

    La vida es mutable e impredecible. Y a veces lo olvidamos, porque hemos sido capaces de crear una sociedad urbana segura y acomodada para la mayoría. Tenemos refugio y alimento, mucho más de lo necesario, y aspiramos a la estabilidad en todos los ámbitos de nuestras vidas. Queremos tener un trabajo estable y en el cual podamos ir progresando. Queremos una vivienda propia, una familia que nos de soporte y una vida en la podamos programar vacaciones y hacer planes.

    Y es genial que hayamos construido una sociedad que nos permita sentirnos seguros, y salir cada día a la calle tranquilos, y tener nuestras necesidades más que cubiertas, pero…

    Parece que algo está fallando cuando nuestras sociedades acomodadas tienen altos indices de depresión y ansiedad, dolor crónico o fatiga. Ahora empezamos a ser conscientes de que nuestra salud está en riesgo, y parece un poco paradójico.

    ¿Porqué una sociedad acomodada acarrea éstos problemas de salud?

    La propuesta que os traigo quiere poner el foco en algunas de las herramientas o habilidades adaptativas que durante tanto tiempo han definido a nuestra especie, y a las que acabamos renunciando debido al desuso¹.

    Hemos sido diseñados para un medio ambiente cambiante, donde nada estaba asegurado: el tiempo humano se consumía en obtener alimento y refugio para poder continuar con vida. Cuando el propósito de la vida era vivirla, las acciones para lograrlo ponían a prueba nuestras capacidades cada día. La vida nos retaba y nos daba sentido. Nuestras capacidades físicas e intelectuales, y la extraordinaria capacidad de cooperación y organización social humana, determinaban el éxito o el fracaso de cada individuo y de su comunidad.

    Morir de éxito

    Tanto ha sido que el éxito de la especie, que hemos acabado metiéndonos en un lío. La expresión “morir de éxito” se emplea habitualmente en el ámbito empresarial, para describir aquellos proyectos que avanzan más rápido de lo que pueden ser gestionados, y por eso acaban en fracaso.

    Teniendo en cuenta que la mayor parte de los procesos de adaptación biológica son lentísimos (abarcan miles de años), podemos considerar que los cambios que ha provocado la civilización humana, y que van siendo cada vez mas acelerados, ha hecho inviable la adaptación del sistema, y nos está abocando al malestar.

    Como me he metido en un jardín de considerables dimensiones, y no puedo ahora profundizar en ello, sirva como una pequeña llama, que nos ayude a proponer algunas soluciones sencillas y obvias, para recuperar unas vidas más sanas y motivadas.

    Úsate

    Muévete. Tu cuerpo necesita movimiento para mantener sus funciones. El sedentarismo genera un proceso de degradación de la función de muchos de nuestros órganos.

    Busca los cambios. Es necesario incluir novedades en tu día a día. necesitas ser estimulado, y no tener respuestas prefijadas para cada una de tus acciones.

    Si haces siempre lo mismo, te relacionas con las mismas personas, realizas los mismos trayectos, etc. pasarás a vivir cada vez más en modo autómatico, y el tiempo² se escapará entre tus manos.

    Ayuda a tu mente a salir de los pensamientos recurrentes. Con frecuencia la mente se enreda en pensamientos en bucle que provocan malestar, sucede cuando algo que nos reta lo miramos desde el pasado o lo llevamos al futuro, olvidando que la única posibilidad de resolución está en el presente.

    Cuando se ponga en marcha el “disco rallado” de tu mente, puedes hacerte consciente de ello, observar tus pensamientos, y de una forma amorosa invitarlos a soltarse y pasar.

    Puedes entrenarte para ir confiando en tu cuerpo y tus habilidades, de manera que puedas ir incrementando tus posibilidades de estar en el presente: es dónde tienes poder.

    Hay muchas más cosas que podemos hacer, pero no es necesario considerarlas todas al mismo tiempo. Las pausas y el ir despacio favorecen los procesos de integración.

    ¹. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3643406.pdf

    ². https://www.embosqadas.org/como-tener-mas-tiempo/

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